El plogging es una práctica que surgió en Suecia hace algunos años. Se trata de salir al aire libre y, mientras corremos o caminamos, ir recogiendo restos de residuos, sobre todo plásticos. ES la unión perfecta de salud y ecología, una práctica súper recomendable para que los peques quemen energía mientras aprenden a cuidar del medio ambiente.

El plogging no tiene normas, se puede practicar donde y como se quiera. Los lugares más recomendables son el campo o los bosques y las playas. Por desgracia, tanto la montaña como la costa necesitan de nuestra ayuda para preservarlos lo más limpios posible.

Una vez que hayamos decidido el lugar, podemos recorrer ese espacio caminando, corriendo, saltando… o incluso parando en bici.

Eso sí, para ir depositando los residuos que vamos encontrando, tenemos que ir bien equipados con bolsas. Así, después podemos llevarlos a su correspondiente punto de reciclaje. Tampoco se nos puede olvidar pasarlo bien, ¡siempre podemos imaginar cómo dar una nueva vida a los residuos!